En el artículo anterior comenzamos a hablar sobre la importancia de implementar pequeños hábitos para poder gestionar nuestra larga vida.
Para poder incorporar estos hábitos saludables, hay que lograr que el cerebro no tenga que detenerse a pensar en ellos y lo haga de forma automática.
Esto se puede conseguir trabajando en cuatro aspectos clave:
Que sea Obvio
Que sea atractivo
Que sea Fácil
Que sea Satisfactorio
En este nuevo artículo, vamos a explicar el primero de ellos:
Que el hábito a incorporar sea Obvio
Dar el primer paso:
El “Efecto Diderot”, nos demuestra como una primera pequeña acción nos va llevando a las sucesivas, desarrollando nuevos comportamientos que terminan impactando en la identidad.
Por eso, hay que animarse a dar ese primer paso, porque los demás, vendrán detrás de forma casi natural.
Enlazar una acción nueva a una que ya realizamos:
Un buen comienzo es identificar los hábitos diarios que ya tenemos incorporados para tomar consciencia de ellos.
Podemos señalar cuáles de ellos nos ayudan a convertirnos en la persona que queremos ser, cuáles no y cuáles son neutros.
A partir de aquí los separamos en dos columnas, en una, pondremos las cosas que seguro hacemos todos los días (Lavarse los dientes) y en la otra, las cosas seguro nos pasan todos los días (Sufrir atascos camino al trabajo)
Teniendo estos listados, vamos a elegir las acciones a las que voy a poder “anclar” un nuevo hábito formulando la frase:
“Después de (el hábito que ya hacemos), voy a hacer (el nuevo hábito a incorporar)”.
Para hacerlo más obvio y poderoso aún, vamos a agregarle hora y lugar.
La vista, un sentido muy importante.
Así como los hábitos no se suceden aislados en tiempo, tampoco están aislados del entorno.
“El entorno es la mano invisible que da forma al comportamiento humano.”
Como la vista es el sentido más poderoso, tenemos que dotar a nuestro entorno de señales visuales que nos alienten a generar los hábitos que nos hemos propuesto.
Evita las tentaciones:
Es muy común pensar que la disciplina y el autocontrol son elementos determinantes a la hora de implementar nuevos hábitos.
Pero está científicamente demostrado que las personas que parecen tener mucho autocontrol, lo que en realidad hacen es estructurar su vida de tal forma que evitan las tentaciones.
Así, no es necesario tener gran fuerza de voluntad heroica, sino dotarnos de un entrono disciplinado que nos aleje de aquello que no nos hace bien.
En la siguiente entrega, avanzaremos con el paso 2 que es hacer que el nuevo hábito sea atractivo.
Fuentes:
“Atomic Habits” – James Clear Random House Business – 2018
El “Efecto Diderot”, nos demuestra como una primera pequeña acción nos va llevando a las sucesivas, desarrollando nuevos comportamientos que terminan impactando en la identidad.