Tendemos a asociar el emprendimiento a los jóvenes, se supone que más dinámicos, atrevidos y con menos ataduras para lanzarse a la aventura de montar un negocio. Pero tampoco podemos olvidar que muchos profesionales se ven abocados a trabajar por su cuenta porque no les contrata ninguna empresa. En ambos casos, hablamos de trabajadores autónomos. Autónomos:cada vez son más mayores.
De acuerdo con el RETA (Régimen Especial de Trabajadores Autónomos de la Seguridad Social), en los últimos cinco años hemos perdido en España más de 110.000 autónomos menores de 44 años. Ese descenso se ha producido en prácticamente todas las franjas de edad, excepto los de 16-19 años y los de 20-24 años.
Sin embargo, un informe de la patronal española de autónomos, ATA, avisa de que este mismo registro ha ganado en esos mismos cinco años más de 186.000 cotizares mayores de 45 años. Y las franjas de edad que más crecen, ambas por encima de los dos dígitos, son los de 60-64 años (un 18%) y los de más de 64 años (un 41,3%).
De hecho, este mismo año, son también los autónomos mayores de 64 años los que más han crecido en términos absolutos, con 11.588 nuevos cotizantes, lo que supone un alza del 7,8%.
Según el presidente de ATA, Lorenzo Amor, “algo hacemos mal, todos, cuando entre la juventud la cultura del emprendimiento, del riesgo, del esfuerzo, no está calando”. Pero algo haremos peor cuando son los que están en edad de jubilación los que, por obligación o por vocación, están tirando del carro del emprendimiento.
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Algo no debe estar funcionando bien cuando la población de profesionales autónomos jóvenes decrece mientras la de mayores, incluso en edad de jubilación, lleva cinco años creciendo.