El Festival de Málaga, referencia del cine español, ha conseguido convertir los meses de mayo y junio en la época propicia para el estreno de películas españolas, tras la resaca de los Oscar y antes de las superproducciones veraniegas.

Este año, de ahí nos han llegado varias buenas razones para no olvidar lo importante que es la experiencia de la sala oscura:

Sorda fue la triunfadora en Málaga. Nos habla de un matrimonio formado por una mujer sorda y un oyente y el conflicto que se produce cuando les comunican que esperan un hijo y que es imposible saber previamente cuál será su condición. La sensibilidad de Eva Libertad y la magnífica interpretación de Álvaro Cervantes nos introducen en un entorno cotidiano, tan aparentemente sencillo como íntimamente complejo.

Muy lejos se centra en un joven hincha que, tras acudir con sus amigos a animar a su equipo en un partido en Alemania, decide quedarse allí y buscarse la vida en condiciones precarias. Poco a poco iremos conociendo sus razones al tiempo que le acompañamos en su viaje. Es una película seca, firme y redonda, que vuelve a demostrar que a Mario Casas se le debería tomar mucho más en serio como actor.

Y mi favorita es Los Tortuga. El título hace referencia a cómo denominaban en su día a los emigrantes andaluces que se iban, cargando a hombros sus pertenencias, para buscar trabajo en Barcelona. La película nos habla de sus herederos, que siguen marchándose, buscándose la vida y sobreviviendo, muchas veces en la precariedad. Lo hace a través de la relación entre una madre, taxista, y su hija, a punto de comenzar la universidad. Y, lo más importante, es capaz de materializar el amor, pleno pero confuso, que tantas veces intenta ser más de lo que nadie le pide, pero siempre necesario.

No están todas las que son, pero sin duda son todas las que están. Y en breve intentaré comentar el feelgood movie del año, también patrio: Una quinta portuguesa, ¡una sorpresa!

El cine español encuentra cada vez más sus propias historias. Démosle la oportunidad de que nos las cuente, también son nuestras…

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