Así de crudo es. Y más allá de las percepciones que cada uno tenga, están los datos. El último Índice Mundial de Jubilación que elabora anualmente Natixis Investment Managers, nos sitúa en el puesto 39 de los 44 países estudiados. Sólo por delante de Rusia, Brasil, Turquía, Colombia e India. O, lo que es lo mismo, nos deja como el peor país de la Unión Europea para jubilarse.
Y peor aún es la tendencia. España baja dos puestos con respecto a la clasificación del año pasado, pero ha perdido nueve puestos desde 2014. Lo que indica claramente que vamos a peor y nada nos asegura que no empeoremos todavía más.
En grandes líneas, puede decirse que los españoles nos jubilamos con buena salud, pero pobretones. El estudio analiza cuatro grandes variables: la situación financiera de los jubilados, su bienestar material, la salud y el acceso a la misma y la calidad de vida en general. Salimos bastante bien parados en lo que se refiere a salud y calidad de vida, pero realmente mal en lo que se refiere a la situación económica en que nos quedamos.
La principal razón radica en las deficientes condiciones del empleo en nuestro país: la precariedad laboral, las tasas de desempleo y la prevalencia de contratos temporales. Todo esto se traduce en una merma en las cotizaciones sociales que luego va en detrimento de las pensiones. A ello contribuye nuestra endémica falta de educación financiera y el escaso apego al ahorro a largo plazo.
Así, en el subíndice de Bienestar Material, ocupamos el tercer peor puesto de la tabla, solo por encima de India y Colombia. Ello indica lo mal que vivimos económicamente, en comparación con la salud y la esperanza de vida de que disfrutamos.
La lista la encabezan Suiza, Noruega e Islandia. Y en general, son los países nórdicos y centroeuropeos, además de Australia y Nueva Zelanda, los que procuran una jubilación más sustanciosa para sus ciudadanos.
Para más información, puedes acceder directamente al Índice Mundial de Jubilación 2024.
Los españoles nos jubilamos, en general, con buena salud y calidad de vida, pero solemnemente pobres. Es lo que nos rebaja drásticamente la nota hasta hacernos figurar como el peor país de la Unión Europea para jubilarse.