Punto de reflexión…

Recuerdo cuando era niña y falleció mi abuelo, fue un golpe inesperado y muy fuerte. Recuerdo a mi abuela, con el pelo blanco y totalmente vestida de negro. Parecía que estaba muerta en vida, que tenía todos los años del mundo y sin embargo aún no había cumplido los 55. Su imagen me impactó tanto que jamás se me ha olvidado y la he tenido presente día tras día. De hecho, cuando falleció con cerca de 100 años, vestía más alegre y aunque su cuerpo no la seguía, su mente seguía viva, joven y ágil.

Creo firmemente que el ritmo vital que tenemos en estos momentos es mucho más lento del que había en el pasado y no me parece descabellado decir que los 50 de ahora son como los 35 de cuando era niña. En cualquier caso, creo que es un momento vital de impasse, de reflexión y de crecimiento.

Cambiar la decena, el 4 por el 5, te aporta madurez y serenidad, además de perspectiva y visión. Creo sinceramente que es un momento para sacarle chispas, para hacer repaso de nuestras experiencias y pararnos especialmente en aquello que nos hace sentirnos orgullosos. Pero, sobre todo, creo que este ejercicio tiene especial relevancia para definir los próximos retos y para alinear nuestras acciones con ellos.

En mi caso, he decidido poner mi experiencia y mi conocimiento al servicio de un nuevo sector, apostar por aquello que me apasiona, sin prestar demasiada atención a los miedos y condicionantes y disfrutar plenamente de mi día a día.

De manera paralela, he empezado a alejarme de personas toxicas, que han condicionado mi vida mucho más de lo que me hubiera gustado y finalmente, pero no menos importante, he empezado a dedicarme tiempo de calidad a mí misma.

Y tu punto de reflexión… ¿a qué retos te va a enfrentar en esta nueva etapa?

Cambiar de 40 a 50plus te aporta madurez y serenidad, además de perspectiva. Es un momento para hacer repaso de nuestras experiencias y pararnos en aquello que nos hace sentirnos orgullosos. Pero, sobre todo, para definir nuestros próximos retos.