Año nuevo, apuesta nueva

Santiago Quiroga

30/12/2021

volveremos a ver las mismas listas y a apostar. O a esperar que el receptor del Nobel de Literatura sea alguno de nuestros autores favoritos. Y a lo mejor, volveremos a sorprendernos.

En el ámbito cultural, hay un acontecimiento que va camino de convertirse en la gran apuesta anual: el nombre del galardonado o galardonada con el Premio Nobel de Literatura. Siempre, unas semanas antes de su concesión se confeccionan listas que casi se repiten de año en año con escasas incorporaciones: Atwood, Paul Auster, Murakami, Cartarescu… y si se repiten es porque ninguno de ellos se lleva el premio.

La Academia Sueca parece haber entrado en la dinámica de la sorpresa. No puedo evitar imaginarme a los doctos académicos carcajeándose cada vez que leen esas listas o cuando hacen público el fallo. Pero hay que ser positivos: en los últimos años, sus decisiones me han servido para conocer a algunos de los mejores escritores vivos del planeta, Herta Müller, Louise Glück, Olga Tokarczuk

De todas maneras, este año se han venido arriba. Cuando apareció el nombre de Abdulrazak Gurnah, Wikipedia petó: nadie, casi nadie, ni algunos de los críticos literarios profesionales, había oído hablar de él. De hecho, en España parece ser que sólo se había traducido uno de sus libros. El nivel de sorpresa rozaba lo inaudito.

Había que conocerlo. La editorial Salamandra se apresuró a ofrecernos Paraíso, al parecer su mejor novela. Cuenta el viaje iniciático de un muchacho en un país que puede ser Tanzania, desde su infancia en un pequeño poblado, hasta que toma una decisión que marcará el resto de su vida, mientras para nosotros se pierde en el futuro.

El autor nos ofrece un cuadro colorista, brillante y lleno de pequeñas historias. Pero no consigue apasionar. Es sin duda muy buena literatura, sin embargo, el premio juega aquí en su contra. Las expectativas, en mi caso, no se alcanzan.

El año próximo, volveremos a leer las mismas listas, volveremos a esperar el día de la designación o que el receptor del Nobel sea uno de nuestros autores favoritos. Y a lo mejor, volveremos a sorprendernos. Sólo espero que, por lo menos, alguien se haga millonario apostando. O que, por fin, se den cuenta de que Javier Marías debería de estar ahí. Y no es patriotismo. Lo juro.

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El año próximo volveremos a ver las mismas listas y a apostar. O a esperar que el receptor del Nobel de Literatura sea alguno de nuestros autores favoritos. Y a lo mejor, volveremos a sorprendernos.