¡Mi reino por unas tabletas! Los abdominales perfectos son objeto de deseo y a la vez caballo de batalla, fuente de frustración de mucha gente. Independientemente de la edad, pero no somos pocos los que a los 50plus nos obsesionamos si cabe más. Debe ser esa súbita rebeldía contra el tiempo. O demostrarnos ahora esa exuberancia física que nos trajo sin cuidado en otras edades de nuestra vida.

Esa devoción por unos abdominales planos, tersos y marcados viene además alimentada por la continua exhibición mediática o en redes sociales. De Cristiano Ronaldo a Jennifer López, de Elsa Pataky a Brad Pitt en sus mejores momentos, parece que se empeñen en ponernos los dientes largos. Y allá vamos con todo para internar, al menos, parecernos un poco a ellos. O simplemente, que podamos posar en las fotos sin meter barriga hasta quedarnos sin respiración.

Por ejercicios abdominales, toda la vida hemos conocido -los hayamos practicado o no- los que técnicamente se llaman crunch y que son las flexiones de toda la vida. Pero hay quien ahora cuestiona su efectividad y, sobre todo, el efecto dañino que pueden tener sobre los músculos lumbares si los hacemos mal. Ahora se llevan otros tipos de entrenamiento, por supuesto el pilates practicado por tanta gente, el crossFit del que hablábamos recientemente… Y los isométricos se venden hoy entre los más efectivos.

Los abdominales isométricos no consisten en subir y bajar, en contracciones y extensiones, sino en mantener una posición fija durante unos segundos. Pero esa postura, si se quiere incómoda, obliga a mantener la tensión muscular del abdomen y genera una gran cantidad de actividad en los músculos, también en glúteos, pecho y espalda. Esto nos servirá para aumentar la fuerza y la resistencia. Y es importante mantener la respiración, lenta pero fluida, y el abdomen contraído, hacia dentro.

El ejercicio isométrico más típico es la plancha, en paralelo al suelo y apoyado sobre los antebrazos. Podemos empezar por 20 o 30 segundos y, según vayamos ganando resistencia, ampliar la duración hasta un minuto… o más. Y en varias series. Luego hay más ejercicios, de más sencillos a algo más complicados, con alguna variante tortuosa, pero en todos se trata de lo mismo.

AQUÍ siete ejercicios isométricos que se pueden intentar, de más fáciles a más… sufriditos.

Lo ideal es combinar estos ejercicios isométricos con otros más clásicos, teniendo en cuenta que no tenemos un solo músculo abdominal sino varios: recto, transverso, oblicuo interno, externo… Y no sólo abdominales. Cualquier ejercicio aeróbico -carrera suave, bicicleta, elíptica- o anaeróbico -pesas, sprint, burpees…- nos ayudará a tonificar y perder grasas, que es de lo que se trata ante todo.

Porque hay algo fundamental. Las tabletas no son tan difíciles de conseguir, lo complicado es que se vean. Cualquiera que ejercite regularmente sus abdominales obtiene esa musculación, más o menos prominente según la genética de cada uno. Pero permanecerá oculta bajo la capa adiposa que los recubre. Esa no se termina de quitar con ejercicios, por intensos o sofisticados que sean. Se reduce a base de una dieta saludable y baja en calorías. El déficit calórico es el que vuelve esa gruesa capa exterior en una lámina fina y transparente, de manera que nuestro abdomen perfecto salga a la luz. Y a presumir…

AQUÍ más ejercicios… y algunos consejos.