La herencia del mal

Santiago Quiroga

04/10/2024

El camino vasco de Fernando Aramburu se refleja en Patria, una novela ambientada en una localidad y el entorno de  ETA. Publicaciones de soy50plus

Hace unos años, nos sorprendió a muchos una película francesa titulada Custodia Compartida. Su título explicitaba el tema a tratar, nada nuevo, y sin embargo, había dos aspectos que la hacían impactante: el primero, su aspereza narrativa; el segundo, el hecho de que su autor la hubiese convertido en un thriller hiperrealista con un nivel de tensión brutal.

En El Sucesor, nos encontramos con Ellias Barnès, un diseñador que acaba de presentar con éxito su primera colección, luchando con su ansiedad y su hipocondría.

Cuando le anuncian la muerte de su padre en Canadá, con quien no se había relacionado en los últimos veinte años, se encuentra en una encrucijada profesional y emprenderá el viaje como un mero trámite sin demasiada carga emocional y esperando que sea breve.  

He leído en algunos comentarios sobre la cinta referencias a la herencia genética. No lo veo así. Para mí, El Sucesor habla frontalmente, y de manera brutal, sobre el mal y sobre la posibilidad de que en ocasiones se encuentre mucho más cerca de lo que pensamos, así como sobre el hecho de que sea desconcertantemente imposible tener la seguridad de conocer a quienes tenemos a nuestro lado.

El núcleo de la trama, sobre el que no voy a contar nada, es un puñetazo. Es cierto que alguna decisión argumental, con el objeto de hacer avanzar la historia, puede considerarse artificial. Pero es tanto el nivel de tensión que consigue Xavier Legrand que es imposible soltarse. Su caligrafía, inteligente en las elipsis, en apariencia sobria pero magnética, nos introduce, desde ese círculo inicial, en un cerebro que, sin esperarlo, y con muy pocos recursos mentales, deberá bajar al horror inesperadamente.

En definitiva, no es una película perfecta pero sí, sin duda apasionante. Lo que podría ser material para la reflexión, se convierte en un thriller íntimo e infernal

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El Sucesor habla frontalmente, y de manera brutal, sobre el mal y la posibilidad de que se encuentre mucho más cerca de lo que pensamos. Es imposible soltarse del nivel de tensión que consigue.