Cierto que cada vez más 50plus estamos familiarizados con las tecnologías. Que la pandemia ha impulsado la digitalización en las empresas, a veces a marchas forzadas. Y que los seniors son los que más dificultades tienen para subirse al tren.

El estudio Impacto de la digitalización en las personas, elaborado por la Fundación SERES -del que se hace eco el diario Cinco Días en este artículo, revela que mientras el 80% de los jóvenes españoles de entre 16 y 24 años demuestra capacidades digitales básicas, solo el 35% de las personas entre 55 y 74 años dispone de ellas. Y advierte el estudio que una de las prioridades de las empresas debería ser procurar que el talento de las personas senior no se quede atrás en sus procesos de transformación.

Un 40% de los profesionales de recursos humanos admite descartar automáticamente los currículos de los profesionales mayores de 55 años.

Sin embargo, cada vez sabemos de más empresas que se deshacen de ese talento, o que no lo contemplan en sus procesos de contratación. Para la directora general de la Fundación SERES, Ana Sainz, “Muchas veces no es solo un tema de capacidades reales, sino de percepción, prejuicios y estereotipos”. Abunda la consultora Marta García-Valenzuela, quien asegura que “hay un estereotipo dominante que dice que el cerebro tiene su apogeo a los 30 años y el declive a los 55. Es una falacia, porque los estudios demuestran que a partir de los 50 es cuando el liderazgo muestra su mejor versión”.

Para generar un cambio de tendencia, Ana Sainz sugiere dos medidas a tomar por las empresas: trabajar en la adaptación al cambio, diseñando itinerarios para anticiparlos; y garantizar un compromiso de formación continua para todas las edades, con un seguimiento individualizado o por colectivos.