Una amiga me dijo una vez que en la vida hay que tener tres cosas: una realidad, un proyecto y un sueño.

Un día cualquiera recibes una noticia que cambia tu vida. Una de esas noticias que piensas que le suceden a otros pero que a ti no te va a pasar.

Llega sin avisar y pone tu vida patas arriba. A veces en forma de enfermedad, o de despido, divorcio, infidelidad… porque la vida a veces nos da bofetadas o incluso palizas de las que cuesta muchísimo recuperarse. Y más si eres un 50plus, con medio siglo recorrido.

En mi caso llegó en forma de cáncer. Cuando te dan la noticia no sabes a qué agarrarte. Solo te das cuenta que en ese preciso instante sólo tienes presente: tú y la enfermedad. Todo cambia y toma una dimensión distinta, porque una enfermedad como esa, no sólo te roba la salud, tambien el trabajo, el dinero, los sueños y la ilusión.

¿Cómo recuperar los sueños e ilusiones?

Pero a pesar de todo ello, hay que seguir adelante. No sólo por uno mismo, sino por los demás. Hubiera sido fácil dejarme llevar por el desánimo y olvidarme de mis propios sueños e ilusiones.

Sin embargo, con empeño, un esfuerzo titánico y desde luego el apoyo de familiares y amigos, no sólo afronté mis operaciones y tratamientos, sino que construí nuevos sueños, me marqué nuevas metas y me abrí a la oportunidad de reinventarme. Tenía que recuperar mis sueños e ilusiones a los 50plus. ¿Por dónde empezar?

Los frascos de los sueños.

Siempre había visto esos botes en las bodas, donde los invitados ponen sus deseos para los novios. Seguro que los has visto. Así que pensé… ¿Y si empiezo a crear mi propio frasco de los sueños? No lo pensé dos veces y comencé. Cada día escribía un deseo, un sueño o una ilusión, poco a poco vi que el frasco se llenaba. Entonces me dí cuenta. Ese tarro era el reflejo de mí misma: estaba lleno de sueños e ilusiones.

Y cuando llegan esos días en los que dudo preguntándome si lograré cumplir mi siguiente sueño o no, o preocupada porque vuelva a suceder algo malo en mi vida… Miro el frasco y pienso: tengo que disfrutar del poder del ahora. Porque como dice mi buena amiga, recuerda que en la vida hay que tener tres cosas: una realidad, un proyecto y un sueño.

¿Cuales son los tuyos? ¿Ya tienes tu frasco de los sueños?