Tenía 20 años cuando The Beatles lanzaron su primer disco, 23 cuando compuso Yesterday, 47 cuando actuó por primera vez en solitario en Madrid y 74 la última que lo ha hecho hasta ahora. Y el pasado sábado, 18 de junio, Paul McCartney ha cumplido 80 años.
Pero no se piensen que está jubilado. Dos días antes de su cumpleaños, terminaba en Nueva Jersey una gira por 13 ciudades de Estados Unidos. Y el 23 de este mes actuará en el festival de Glastonbury, en Inglaterra, en el que será su primer concierto como 80plus. En diciembre de 2020 publicó su último disco hasta ahora, McCartney III, que compuso y grabó en el estudio de su casa durante los meses de confinamiento por la pandemia.
Paul McCartney decidió hace tiempo que no va a parar. Que prefiere vivir at the mercy of a busy day, como decía en una canción de 2005. Pero, además, no se conforma con ser una leyenda viva y pasear sus éxitos de siempre con The Beatles, con Wings o en solitario. Mantiene la pasión por seguir actual, adaptarse a los tiempos, incluso adelantarse a ellos.
Es muy posible que, después de su gira americana, que llevaba por título Got Back, anuncie nuevas fechas en Europa. De hecho, la pandemia le obligó a cancelar las que tenía previstas en 2020, entre ellas Barcelona. Para quien no le haya visto en directo, sus conciertos duran en torno a dos horas y tres cuartos, y los bises incluyen no menos de cinco o seis temas y no de relleno, precisamente. Lo da todo, damos fe.
Hace poco tuvimos en Madrid a los Rolling Stones, otro ejemplo de vitalidad y vigencia. No es ya que los rockeros nunca mueran, que nunca lo hacen en la memoria colectiva. Es que colean y de qué manera.
¡Felicidades, Paul! Y gracias siempre.
Seguir activo e inconformista a los 80plus, como Paul McCartney, es todo un lujo. Pero además, un ejemplo para los que venimos detrás. Aunque no seamos estrellas de la música… ni de nada.