No es sólo esperanza

Santiago Quiroga

23/09/2022

No es sólo esperanza, Vortex, Gaspar Noe y Amour de Michel Haneke. Cine en soy50plus

No es sólo esperanza. Lo siento, hoy posiblemente no sea demasiado complaciente. Voy a hablar aquí de la vejez o, mejor dicho, del paso del tiempo. Por supuesto, a través del cine, que tantas veces es otra forma de vida.

Hace unos años se estrenó Amour, de Michel Haneke. Nos contaba cómo una pareja de ancianos tenía que enfrentarse en soledad a la enfermedad del olvido que asaltaba, sin aviso previo, a uno de sus miembros. A finales de julio de 2022, se estrenó en España Vortex, de Gaspar Noe. El contenido es el mismo y hay otra coincidencia importante: en ambos casos se trata de una pareja de intelectuales, personas para quienes el cerebro, que ahora están perdiendo, ha sido su órgano más importante.

Ambas son desoladoras. Y el hecho de que sean dos películas excelentes hace que su impacto sea aún mayor. Además, en el caso de Vortex, utiliza la atrevida técnica de la pantalla partida, con lo que convierte a la pareja en dos soledades y combina la narración con un ejercicio de caligrafía intenso y lúcido.

En las dos se habla poco y hay mucho silencio. Y sí, lo reconozco, las dos son una certera reflexión sobre el paso del tiempo y serían recomendables.

Pero me niego a aceptarlas como dogmas universales. Hace poco, he tenido la suerte de poder compartir los últimos años de dos personas muy cercanas. Y sé, y estoy dispuesto a escribirlo en piedra, que la felicidad tiene cabida en esa etapa. Claro que sí. No la felicidad de la nostalgia, sino la del tiempo reposado, la del orgullo del legado, la de la serenidad y la sabiduría.

Creo en la esperanza como algo que nos cualifica como seres humanos, pero hablar sólo de esperanza podría transmitir una sensación de derrota. Lo que creo es que todo es vida, cada segundo, hasta el último. Y que todos los vividos merecen la pena.

El cine a veces nos hace pensar.

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Amour y Vortex nos hablan de la vejez, de la soledad y del olvido. Ambas son desoladoras. Y el hecho de que sean excelentes películas hace que su impacto sea aún mayor. En las dos se habla poco y hay mucho silencio.