¿Y sólo tiene 80? Sí, a alguno hasta le podrá sorprender. Porque gente así parece que haya vivido muchas vidas de muchos años. Sin embargo, lo oficial es que Mick Jagger es, desde el pasado 26 de junio, todo un 80plus. No camina solo. Keith Richards, su colega de fatigas y muchas más cosas en los Rolling Stones, lo será en diciembre. Otro que se diría que lleve siglos entre nosotros.

Pero como el elixir de la vida -o lo que sea- que toma esta gente es de probada eficacia, estos dos señores no se resignan a quedarse en casa -en sus mansiones-, dar paseítos y contar batallitas a sus nietos. Para otoño anuncian nuevo disco, el primero en 18 años con canciones nuevas de la legendaria banda. Y el año pasado estuvieron los Rolling de gira, celebrando sus 60 años de carrera, y actuaron en Madrid. Los que fueron aseguran que no asistieron precisamente a un concierto de viejas glorias jubiladas.

No queda ahí la cosa. Mick Jagger, que se ha casado dos veces además de todas las novias y ligues que se le han conocido, ha anunciado que se casa de nuevo. Lo hará con su actual pareja, Melanie Hamrick, una bailarina de 36 años con la que tuvo un hijo en 2016, es decir, que Mick fue padre por octava vez con 73.

Como de otra manera no podía ser, celebró su 80 cumpleaños con una fiesta en un conocido club de Londres, de la que dicen que salió a las tres de la madrugada. Por la tarde, él y sus compañeros de banda habían fletado una heladería sobre ruedas con la que recorrieron diferentes puntos neurálgicos de la ciudad, regalando helados a los londinenses.

Michael Philip Jagger nació el 26 de julio de 1943 en Dartford, en el condado de Kent. Hijo de un profesor de Educación Física, desde pequeño le gustó cantar. A partir de ahí, no creemos que haga falta contar mucho más, porque ¿qué no se sabe de él? Pocas figuras, no ya del rock sino de cualquier ámbito de la cultura y el panorama mundial, han alcanzado su dimensión universal, magnética e icónica. Pero además, en su madurez, se ha convertido en un referente de lo que llamamos eterna juventud, por su vitalidad y energía en los escenarios. Y, por lo que se ve, en su vida normal. Si hay algo en la fructífera vida de Mick Jagger que pueda considerarse normal.