“Solo hay dos linajes, tener o no tener”. Así de contundente lo afirma Elena “clásica”, no la regia de Troya, sino la Pícara del siglo de oro.
Preestreno en Coslada (hay teatro más allá de las capitales) de Malvivir, otra diana de AY Teatro, poniendo en escena el Siglo de Oro desde la mirada de un personaje singular, poco conocido y menos representado: el de la pícara.
Una entrañable y dura mirada al mundo implacable de una legión mujeres (y hombres) obligadas a sobrevivir (malvivir) en una sociedad, la del siglo XVI, empobrecida y hambrienta, convulsionada por guerras y rasgada por la desigualdad social.
Álvaro Tato ha recogido y estudiado bien las obras de la picaresca femenina y lleva a cabo una adaptación muy redonda en modo de tragicomedia, más “tragi” que comedia, aunque hay mucho espacio para la risa, sobre todo gracias a la vis, el gesto y la mirada de una cada vez más grande Marta Poveda. Junto a ella, una estupenda Aitana Sánchez-Gijón de pelo corto, nueva “chica Almodóvar”, más versátil que nunca. Pero a la hora de abordar un texto barroco, Poveda lleva más recorrido sobre las tablas del CNTC.
Ambas actrices se reparten todos los personajes, e incluso los comparten, en un magnífico intercambio de roles hacia la mitad de la obra que, a mi juicio, marca un antes y un después; y la Poveda acaba por salirse en el papel del pícaro Montúfar…
Con el apoyo musical y vocal de Bruno Tambascio, el verso de Tato y la dirección casi coreográfica de Yayo Cáceres (“Juan Rana”, “Crimen y Telón”, “Todas hieren y una mata”), la obra cobra mucho dinamismo, y los noventa minutos se pasan en un suspiro.
La escenografía de Mónica Boromello es sencilla y versátil, con ella interactúan los personajes frente a dos gigantescos paneles blancos en los que se proyectan grandes sombras en ciertas escenas que crean un gran efecto dramático. El uso del vestuario de Tatiana de Sarabia es particularmente interesante. Desde los “monos” azules que lucen las protagonistas a modo de segunda piel a la ingeniosa escena del cortejo entre los sombreros del buhonero gascón, y Zara, la morisca madre de Elena.
Empieza gira por Valladolid antes de volver a Madrid en mayo a las Naves de Matadero.
(Foto: David Ruiz)
Un retrato amargo de las mujeres obligadas a Malvivir en la empobrecida sociedad del siglo XVI. Marta Poveda y Aitana Sánchez-Gijón se reparten los personajes e intercambian roles para que los noventa minutos que dura la obra se pasen en un suspiro.