Las películas de zombis, a fin de cuentas, hablan de la vuelta a la vida, como furiosos depredadores, de aquellos que algún día pudieron haber sido nuestros seres queridos. Los géneros no se mezclan y el terror no casa bien con el sentimiento, y, sin embargo, en estas historias, estamos hablando de muerte, de pérdida, del fin de vidas compartidas y de la necesidad de asumir la renuncia. En definitiva, de encrucijadas difíciles para cualquier ser humano. Y ese es para mí uno de los principales valores que convierten Descansa en paz, en una propuesta singular.
La historia se centra en tres familias: una pareja de ancianas lesbianas, un padre y una hija desolados por la pérdida del hijo de esta última y la unidad más convencional cuya madre fallece en accidente.
Por decirlo de alguna manera, Descansa en paz se centra en el momento que siempre se saltan este tipo de películas, cuando aquellos directamente afectados tienen que enfrentarse a la resurrección de sus seres queridos. A partir de aquí llegaría la invasión sangrienta, pero resulta que esta parte previa es mucho más interesante.
Con una caligrafía de silencios y visualmente cercana a la instalación (alejada por lo tanto de los lugares comunes del cine de terror) en un ritmo lento e íntimo y pegada a sus personajes, la directora crea una textura de misterio, de puertas semicerradas y de planos sin contraplanos. Nosotros nos quedamos hipnotizados en las imágenes y sorprendidos de lo alejadas que están de lo que esperábamos.
Hvistendahl, por lo tanto, coge un material extraño (una historia de terror convertida en una reflexión sobre la posibilidad de renunciar a las personas amadas) y lo cuenta de una forma extraña. Y el resultado trasciende cualquier lugar conocido aunque utilice algunos de los materiales comunes.
No soy un apasionado del género de terror y, sin embargo, esta película me ha enganchado, fascinado por momentos. Y el dolor que me ha transmitido es el del alma abandonada, algo que va mucho más allá del miedo.
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Descansa en paz es una propuesta singular porque se centra en el momento que normalmente se saltan las películas de zombis. Y resulta ser la más interesante.