¿Cómo afectan nuestras emociones a nuestra salud?
No hay duda de que existe una relación entre una mente positiva y una mejor vida. La positividad nos hace aceptar y afrontar mejor las cosas malas de la vida, lo que nos ayuda a sentirnos mejor.
Pero, además, una mente positiva influye en nuestra salud física y mental. Esta positividad en la vida evita a nuestro cerebro sobreesfuerzos y nos ayuda a llevar una vida más saludable.
Nuestra mente está totalmente conectada con el resto de nuestro organismo y cada pensamiento generado en nuestra mente dispara unos neurotransmisores en el cerebro que serán los que guíen nuestra respuesta.
Por ejemplo, neurotransmisores como la adrenalina, que nos mantienen alerta y someten al cerebro a un esfuerzo extra.
Cuantos más esfuerzos y sobrecargas acumulemos en nuestro cerebro a lo largo de nuestra vida, mayor será el deterioro y también más precoz.
Mientras que los pensamientos positivos, como decíamos, aumentan la longevidad fortaleciendo el sistema inmune, mejorando la salud cardiovascular y reduciendo el estrés.
Por el contrario, emociones como la ira, la rabia y el estrés se han relacionado con enfermedades coronarias y otras como la tristeza, la melancolía o la propia inhibición de las emociones con predisposición al cáncer
¿Y cómo afectan nuestras emociones a nuestra salud intestinal?
Queda claro que las emociones afectan a nuestra salud general, pero ¿lo hacen también a nuestra salud intestinal?
El eje intestino-cerebro del que hablábamos conecta nuestras neuronas con nuestro intestino delgado en una comunicación bidireccional. Las celestinas de esta comunicación entre estos dos órganos son las sustancias que producen las bacterias, como citoquinas, ácidos grasos de cadena corta y otros metabolitos que viajan a través de una “autopista”, el nervio vago, además de por vía sanguínea.
En el intestino también se fabrican neurotransmisores, como la serotonina, que tienen múltiples efectos en todo nuestro organismo.
Este eje intestino-cerebro está siendo estudiado para descubrir la relación de la microbiota con algunas enfermedades como la enfermedad de Párkinson, el Alzheimer o con trastornos como el espectro autista (autismo). También la depresión y la ansiedad tienen mucho que ver con el estado de la microbiota intestinal.
Por lo tanto, cuidar nuestra microbiota intestinal es esencial para cuidar nuestro cerebro.
Además, un reciente estudio ha demostrado que algunas emociones, como la soledad, están relacionadas con la diversidad y composición microbiana intestinal. La microbiota es el conjunto de microorganismos que habitan en nuestro cuerpo.
En esta investigación, se estudiaron muestras de caca de 184 personas y se observó cuántos tipos diferentes de microbios intestinales tenía cada persona en su microbioma. Las personas con los microbiomas más diversos tendían a clasificarse a sí mismas en un lugar destacado en la escala de compasión, apoyo social, compromiso social y sabiduría.
En resumen, tener un círculo social fuerte, así como un mayor sentido de compasión y sabiduría, beneficia nuestra salud intestinal y, por lo tanto, la salud general.
¿Cómo se relacionan las emociones con la salud del microbioma?
Es posible que la soledad pueda resultar en una disminución de la estabilidad del microbioma intestinal y, en consecuencia, una reducción de la resistencia y la resiliencia a las alteraciones relacionadas con el estrés, lo que lleva a efectos fisiológicos posteriores, como la inflamación sistémica.
Por otro lado, el apoyo social, la compasión y la sabiduría pueden conferir protección contra la inestabilidad del microbioma intestinal relacionada con la soledad.
Además, se ha demostrado que las intervenciones probióticas y prebióticas dirigidas al microbioma intestinal reducen la respuesta al estrés del cortisol. Esta evidencia abre la puerta a futuros “psicobióticos”, probióticos que afecten al microbioma de tal manera que este promueva cambios en nuestras emociones, reduciendo aquellas negativas que perjudiquen nuestra salud.
Fuente:
Nguyen Tanya T., Zhang Xinlian, Wu Tsung-Chin, Liu Jinyuan, Le Collin, Tu Xin M., Knight Rob, Jeste Dilip V. Association of Loneliness and Wisdom With Gut Microbial Diversity and Composition: An Exploratory Study. Frontiers in Psychiatry. Volumen 12, 2021.
Redacción: Irene García, Directora de contenidos
Desde hace tiempo se sabe que existe un eje intestino-cerebro que conecta ambos órganos, lo que significa que nuestras emociones afectan a nuestra salud intestinal y viceversa, es decir, nuestra microbiota intestinal puede afectar a nuestro cerebro.