Hacer deporte es satisfactorio y saludable a cualquier edad, cada uno según sus aptitudes y posibilidades. ¿Pero ser deportista de élite alos 50plus? En los pasados Juegos Olímpicos de Tokio 2020, celebrados el año pasado, compitieron seis deportistas 50plus, entre ellos el marchador español Jesús Ángel García Bragado, por supuesto, el más veterano de la delegación española.

El caso es que los deportistas cada vez duran más. No hace tanto tiempo, cualquier futbolista o tenista nos parecía viejo cuando pasaba de los 30, y de hecho, solían retirarse al poco de cruzar ese umbral. Sí había golfistas, automovilistas, algún portero de fútbol… Hoy tenemos a Roger Federer, ya todo un 40plus, que se niega a aparcar la raqueta. Pero es que nuestro Rafa Nadal todavía gana con 35. Ahí están Cristiano Ronaldo con 37, Luka Modric con 36 ¡y cómo juega! Y Joaquín, a sus 40, se plantea renovar un año más con el Betis.

Es evidente que los buenos hábitos y, sobre todo, los avances desarrollados en la preparación física y en la nutrición, están permitiendo extender las carreras deportivas. Usain Bolt fue oro en los 100 y 200 metros en tres olimpiadas distintas, y eso hubiera sido impensable apenas una década antes. Y en deportes de extrema dureza: ahí tenemos a nuestro ciclista Alejandro Valverde, que sigue ganando carreras cuando le falta un mes para cumplir 42.

Eso sí, conviene recordar que el deporte de élite NO es sano. No es lo mismo que darse una carrera, ir regularmente al gimnasio o jugar un partido de tenis los viernes con los amigos. La exigencia es máxima, y no sólo se pone el cuerpo al límite. También la cabeza. La número uno del tenis femenino, la australiana Ashleigh Barty, acaba de anunciar su retirada a los 25 años porque “físicamente, no tengo nada más que dar”.

Definitivamente, no está al alcance de cualquiera… a cualquier edad.