
Hervida, asada o al vapor, la patata es un alimento antiinflamatorio que alivia molestias digestivas como la gastritis. En definitiva, la patata y la microbiota intestinal están relacionadas, tanto, que hablamos de un tesoro para nuestros intestinos.
Además, si la comemos hervida, al vapor o asada, su carga glucémica es moderada. Por ejemplo: un plato compuesto por 200g de patata cocida, 75 de tofu y 100 de brécol tiene tanta carga glucémica como una rebanada de 50g de pan.
¿Por qué la patata y la microbiota intetinal tienen tanta relación?
Cuando dejas enfriar la patata unas horas, transforma parte de sus almidones en almidón resistente, una fibra que fermenta en el intestino y no se digiere, reduciendo su aporte calórico hasta la mitad, moderando la glucemia y aumentando su poder saciante. Este almidón alimenta a las bacterias beneficiosas del intestino, manteniendo una microbiota saludable y protegiendo contra la inflamación y el cáncer de colon. Además, al fermentar en el colon, produce sustancias como butirato y propionato, reforzando este efecto protector.
¿Patata de cultivo convencional o ecológico?
Las patatas ecológicas acumulan menos agua, tienen más materia seca y nutrientes, son un poco más calóricas pero también más nutritivas. Al freír, gastan menos energía, degradan menos y absorben menos aceite debido a su menor contenido de agua. Su mayor contenido en almidón se debe a la falta de fertilización nitrogenada en el cultivo convencional. Además, evitan pesticidas y son más ricas en potasio (41% más) y antioxidantes. Por la misma ración, obtenemos más nutrientes.
La patata hervida ¿engorda?
Las patatas son uno de los alimentos más saciantes. Aportan alrededor de 240 calorías y resultaron ser siete veces más saciantes que la bollería industrial.
Riegos del consumo de patatas fritas
Al freír la patata, ésta absorbe mucho aceite y su aporte calórico se puede quintuplicar. A su vez, se dispara su carga glucémica, la velocidad a la que la ración habitual aumenta la glucosa, y desarrolla acrilamidas cancerígenas.
Ayuda a regular la hipertensión
La patata es, por otra parte, rica en potasio, por lo que se suele recomendar a personas hipertensas, y aporta cantidades moderadas de otros minerales y oligoelementos: hierro, magnesio, fósforo, cobre, selenio y manganeso.
Verdura fresca
Si la acompañamos de alimentos ricos en fibra o proteínas, tiene tanta carga glucémica como una rebanada de 50g de pan.
Hervida, asada o al vapor, la patata es un alimento antiinflamatorio que alivia molestias digestivas como la gastritis.