Cuando haces ejercicio físico, ¿eres más de aeróbico o de anaeróbico? Este es un debate frecuente. Posiblemente, una mayoría de 50plus que no sean culturistas dirán que prefieren lo primero. Como los que al apuntarse al gimnasio le dicen al monitor que lo que quieren es perder peso y mejorar su figura, por eso no quieren hacer pesas ni nada de esas cosas… Pero se las ponen en la rutina. ¿Por qué?

Lo primero, vamos a definir una cosa y otra: aeróbico es el ejercicio que se realiza durante un tiempo prolongado y de forma sostenida. El cuerpo utiliza oxígeno para obtener energía, y de esta manera quema grasa y carbohidratos. También conocido como cardio, son ejercicios aeróbicos la carrera suave, andar en bicicleta, nadar, bailar y cualquier aparato como la elíptica, el step, etc… Siempre que el ejercicio sea lo suficientemente largo a una intensidad moderada.

Por su parte, anaeróbico es un ejercicio corto, pero más intenso, generalmente a base de repeticiones. Como al cuerpo no le da tiempo a obtener el oxígeno en ese corto plazo, lo que utiliza para producir energía es principalmente glucógeno, un azúcar que el cuerpo almacena precisamente para esfuerzos rápidos y cortos. Anaeróbicos son, claro, los ejercicios con pesas; pero también los sprints, los saltos y en general los ejercicios de intervalos y repeticiones cortas a alta intensidad.

Por lo general, el ejercicio aeróbico se recomienda para ganar resistencia, mejorar el sistema cardiovascular, eliminar toxinas y, en efecto, para perder grasa. Y el anaeróbico para ganar masa muscular, fortalecer los huesos, ganar agilidad y mejor tono físico en general, pero también para perder grasa.

Una diferencia es que, para perder grasas con el ejercicio aeróbico, necesitamos más tiempo. En cambio, una rutina a base de ejercicios anaeróbicas es más corta. Otra, que con el aeróbico quemamos mientras lo realizamos y dejamos de quemar cuando paramos, mientras que con el anaeróbico, aunque durante el ejercicio quemamos menos, luego, en reposo, seguimos quemando. Esto se debe, entre otras razones, a que, al generar más masa muscular, se acelera el metabolismo a medida que esos músculos queman más que las grasas.

Por otro lado, el ejercicio aeróbico es perfecto para perder peso, pero también se pierde masa muscular. En cambio, el anaeróbico la mantiene o incluso la incrementa, perdiendo también grasa, luego nuestro cuerpo estará y se verá más saludable. Lo ideal, claro, es combinar ambos tipos de ejercicios.

Y tengamos en cuenta que muchos ejercicios no son todo aeróbico o todo anaeróbico. Por ejemplo, hablamos de correr como uno de los típicos ejercicios aeróbicos. Pero si terminamos en un sprint, ya estamos entrando en zona anaeróbica, lo mismo que si corremos intercalando ritmos de intensidad, por ejemplo, un minuto rápido con dos minutos de trote.

Ahora pensemos en deportes que visitan ambas zonas. El ciclismo es eminentemente aeróbico, como el tenis y el baloncesto. En cambio, el fútbol tiene sprints, paradas, saltos, choques…. Luego tiene mucho componente anaeróbico. De los deportes de equipo, el rugby es posiblemente el más anaeróbico. Fijémonos en que los deportes aeróbicos permiten una mejor recuperación, y a menudo se pueden jugar de un día a otro. En cambio, en deportes anaeróbicos, se necesita más tiempo para recuperar, luego no se puede jugar un partido a diario.

Aquí os ofrecemos algunas buenas guías para navegar en ambos tipos de ejercicios.

Diferencias y beneficios, por Aprende Institute

¿Cuál es mejor para adelgazar?, por Vitónica

Otro para entender la diferencia, por Sportlife

Y recordar siempre: con una dieta saludable y equilibrada, cualquier ejercicio y deporte tiene mucho mejor efecto y sentido.