¿Es el hemisferio derecho del cerebro responsable de la creatividad? ¿Son las personas con coeficientes intelectuales altos más creativas? ¿Cuál es la relación entre la creatividad y la locura? Este libro el cerebro creativo es fascinante, la investigadora de creatividad Anna Abraham explica el origen de las creencias erróneas sobre la creatividad y por qué las personas las aceptan tan fácilmente. Al profundizar en la evidencia empírica, Abraham da vida a los “núcleos de verdad” que se esconden dentro de los mitos populares sobre la creatividad. Su exploración ofrece una valiosa orientación a los lectores que buscan entender qué puede —o no— influir en su capacidad creativa. getAbstract y soy50plus recomiendan este libro por su carácter innovador y divulgativo
Ideas clave
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- El hemisferio derecho del cerebro no es el único origen de la creatividad.
- La locura no lleva universalmente a la creatividad.
- Los psicotrópicos no mejoran la creatividad.
- Los cerebros atípicos no siempre apoyan una mayor creatividad.
- Un coeficiente intelectual alto no conduce necesariamente a un alto grado de creatividad.
- La dopamina no está directamente asociada con la creatividad.
- El DMN (Default Mode Network) no es exclusivamente responsable de la creatividad.
El hemisferio derecho del cerebro no es el único origen de la creatividad
La creatividad no está confinada a un solo hemisferio cerebral. El mito del hemisferio derecho creativo comenzó en el siglo XIX, cuando los científicos descubrieron el papel crucial del hemisferio izquierdo en el lenguaje y el movimiento intencional, asociándolo con la inteligencia y la razón. La ciencia vinculó el hemisferio derecho con procesos opuestos: el instinto y la locura.
A mediados del siglo XX, los estudios sobre “pacientes con cerebro dividido” —personas a las que se les cortó el cuerpo calloso, el punto central de comunicación entre ambos hemisferios, como tratamiento para la epilepsia— parecían mostrar que ambos hemisferios operaban de manera independiente. Las pruebas demostraron que el hemisferio izquierdo dirige la comunicación hablada y escrita. Sin embargo, muchas conclusiones sobre las funciones del hemisferio derecho fueron más especulativas, extrapoladas de los hallazgos sobre el hemisferio izquierdo. No obstante, la idea de que el hemisferio derecho era el centro de la creatividad humana se difundió ampliamente. Para la década de 1970, la noción de que cada lado del cerebro controlaba funciones diferentes influyó en los negocios, la educación y la autoayuda.
Creencias sobre el cerebro creativo
La idea de que las funciones del cerebro derecho e izquierdo son radicalmente diferentes persiste hoy en la cultura popular. Sin embargo, como demuestra la evidencia moderna de la neurociencia, el hemisferio derecho del cerebro no es el único responsable de la creatividad, ni el hemisferio izquierdo maneja exclusivamente la lógica y el lenguaje. Ambos hemisferios interactúan dinámicamente para producir pensamiento creativo. El hemisferio derecho está más involucrado en los momentos de “¡eureka!” de la percepción creativa inicial; el izquierdo se encarga de expandir conceptos para crear nuevas ideas.
Un coeficiente intelectual alto no conduce necesariamente a un alto grado de creatividad
La relación entre la inteligencia y la creatividad es compleja y está moldeada por la personalidad, el entorno sociocultural y la motivación creativa.
“La inteligencia consiste en comprender lo que es; la creatividad trata sobre lo que podría ser”.
El “Terman Study of the Gifted”, el estudio más extenso realizado en psicología hasta la fecha, destaca la importancia de estos otros factores.
Un grupo de investigadores liderado por Lewis Terman —el hombre que popularizó las pruebas de coeficiente intelectual (IQ) en Estados Unidos— siguió a niños con un coeficiente intelectual de 135 o superior desde la adolescencia hasta la adultez, midiendo su salud física, personalidad, educación, logros profesionales y otros aspectos. Aunque, en promedio, los niños superdotados lograron mayores éxitos educativos y profesionales, no destacaron necesariamente en campos creativos. Por ejemplo, ninguno se convirtió en un artista de renombre mundial ni fundó una nueva industria.
Si que parece ser verdad que niveles más altos de un tipo específico de inteligencia están asociados con mayores niveles de creatividad en un dominio particular. En un estudio reciente, se encontró que dos grupos de estudiantes con habilidades de razonamiento matemático en el 1% superior produjeron más libros, patentes y publicaciones científicas que el resto de los grupos.
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Anna Abraham es profesora de Psicología en la Universidad de Georgia.
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