
Ya veníamos avisando de los nuevos 50plus que tenemos este año. En abril de 1975, Bill Gates y Paul Allen fundaron Microsoft. Tenían 19 y 22 años respectivamente, eran amigos de la infancia y creaban la empresa para desarrollar el software que llevaría el Altair 8800, uno de los primeros proyectos de ordenador personal. Decían que su misión era “poner un ordenador en cada escritorio y en cada hogar”. No sabían la que estaban organizando. ¿O sí…?
Este año, Microsoft celebra su 50 aniversario. O lo que es lo mismo, ya y para siempre es 50plus. Y si prefieren decirlo así, la compañía de software más universal le ha dado la vuelta al jamón.
Seamos 50plus o no, con más apego a la tecnología o menos, expertos o meramente usuarios básicos, y de absolutamente todo el mundo, admitamos que esta empresa y su obra no han dejado indiferente a nadie. Adorada y odiada, elogiada y vilipendiada, usada a mansalva… y siempre presente y protagonista en cada etapa y momento de la revolución tecnológica.
A los cinco años de su nacimiento, en 1980, Microsoft alcanzó un acuerdo con el entonces gran gigante de la informática, IBM, para ponerle el sistema operativo al PS/2, el que sería el primer PC como tal. Licenciada la tecnología a otros fabricantes y marcas, aquel hito supondría la verdadera irrupción de la informática personal, sí, un ordenador en cada escritorio y cada hogar. Algo que hoy nos parece obvio, pero que entonces se antojaba una quimera.
En los años 90, Microsoft ya era la mayor empresa de software del mundo. Paul Allen había dejado la compañía, Bill Gates se había convertido en el hombre más rico del planeta y el que se erigió en su mano derecha, Steve Ballmer, subía también puestos en las listas Forbes y no le importaba salir a correr a las cinco de la mañana de un viernes por el Madrid de entonces. Se dijo de ellos que copiaban, que vendían humo, que su éxito radicaba en el marketing. Pero también que tenían una legión de desarrolladores creando y mejorando productos y que invertían en innovación hasta un 20% de lo que ingresaban, que era un potosí.
Porque Microsoft nunca se paró ni se durmió en los laureles. Desde aquel MsDOS a pedales, el mundo ha dado muchas vueltas, la tecnología también, y Microsoft ha estado prácticamente en todas. Los PCs empezaron a llevar Windows 1, 2, 3, 95, 98… y a ser cada vez más amigables y baratos; IBM pasó de aliado a competidor, como ya lo era Apple; Word, Excel y compañía se fundieron en Office y juntos fueron los más vendidos, pero también los más pirateados; tras la informática personal empezaron a conquistar la empresarial, con lo que se granjearon nuevos enemigos; la llegada de Internet les encontró con el pie cambiado y, sin embargo, fueron capaces de recuperar todo el terreno perdido aunque, eso sí, les costara un juicio en la corte estadounidense que mantuvo a la compañía en vilo; vieron el momento de subirse con todo a la nube y hoy su gran desafío es poner la inteligencia artificial, por qué no, en cada empresa y en cada casa. Ese es un nuevo jamón que ya veremos cómo madura.
Por lo demás, casi nadie en España podrá decir que no tiene o no tuvo un PC con Windows, que no ha escrito una carta, un informe o un libro con Word o que no ha jugado al Flight Simulator. Ah, y que no se haya topado alguna vez con una de esas famosas ‘pantallas azules’. Pero quienes además han conocido algo de cerca los entresijos de la compañía, dicen dar fe del entusiasmo y la pasión que le echaban al asunto. Se creían lo que hacían, lo que vendían y eran tan audaces como para convencer a altos directivos de una gran compañía de subirse a la gran transformación tecnológica que se venía, cuando en la mochila no llevaban para ofrecerles más que unos paquetes de Office 4.2 de la época.
Aquellos microsoftees defendían su credo y su causa a capa y espada. En las instancias empresariales, en las salas de prensa y en las barras de los bares, si hacía falta. Decían “¿hasta dónde quieres llegar hoy?”. Y, entre todos, hasta aquí han llegado.
De los próximos 50 años de Microsoft, ya hablaremos o hablarán. Esta es la página conmemorativa de su vuelta al jamón.
50 años no son nada o pueden ser mucho. Si miramos a una compañía como Microsoft desde que nació hasta hoy, parecen siglos. Pero, en realidad, lo que han hecho es darle una gran vuelta al enorme jamón de la relación entre la tecnología y las personas.