En México existe una versión denominada Calaverita, en la que los niños preguntan ¿Me da usted mi calaverita? en lugar de ¿Truco o trato?. Si eres 50plus, quizás estas costumbres te suenan lejanas porque en tu infancia no se celebraban, o por ser algo impuesto por el consumismo. El hecho de que esta fiesta haya llegado hasta nuestros días es, en cierta medida, gracias al enorme despliegue comercial y la publicidad.
Es Halloween
Si, es Halloween, no hay duda. Las calles se llenan de niños y personas disfrazadas de diablos, brujas, momias o esqueletos. Y los comercios y negocios están llenos de calabazas, telarañas, esqueletos y calaveras.
Un buen ejemplo de ello es la Casa de Mexico en Madrid, que celebra el Día de Muertos y donde se puede ver una calavera gigante (tiene 13 metros de altura) colgada en la esquina de las calles de Alberto Aguilera y Vallehermoso.
Origen del truco o trato
Todas estas tradiciones siempre tienen un origen popular. Y como me gustan los cuentos y las leyendas, hace años busqué información. De esta forma me enteré que el truco o trato (en inglés «Trick-or-treat») tiene su origen en una leyenda popular según la cual, no solo los espíritus de los difuntos eran libres de vagar por la Tierra la noche de Halloween. También otros como Jack, protagonista de una leyenda irlandesa. Es a este personaje a quien le debemos la costumbre de decorar las casas con calabazas esculpidas con velas. Y si te preguntas para qué se hace esto, pues sencillo, para alejar a los malos espíritus.
La leyenda
Esta leyenda es muy curiosa, porque en su origen no eran calabazas sino nabos. Jack era una mala persona. El diablo acudió disfrazado a buscar a Jack y se puso a beber con él. Cuando el diablo le dijo que venía a llevárselo, Jack le pidió, como última voluntad, que bebieran juntos una ronda más. El diablo se lo concedió. Pero al ir a pagar ninguno tenía dinero, así que Jack retó al diablo a convertirse en una moneda.
Primer engaño
El diablo lo hizo, pero Jack metió la moneda en su bolsillo, donde llevaba un crucifijo de plata. Incapaz de salir de allí, el diablo ordenó a Jack que le dejara libre. Pero este respondió que lo haría si le prometía no molestarle durante diez años. Y el diablo así lo hizo.
Segundo engaño
Transcurrido ese tiempo, el diablo apareció de nuevo en casa de Jack para llevárselo al infierno. Pero de nuevo Jack pidió un último deseo, que el demonio cogiera una manzana situada en lo alto de un árbol para así tener una última comida. Este accedió, pero cuando se hallaba trepando en el árbol, Jack talló una cruz en su tronco para que no pudiera escapar. En esta ocasión Jack pidió no ser molestado en diez años y que nunca pudiera reclamar su alma. El diablo ccedió y Jack se vio libre de su amenaza.
Y el nabo se convirtió en calabaza
Cuando Jack falleció, no le aceptaron ni en el cielo ni en el infierno. Allí, en la oscuridad el infierno, el diablo le arrojó unas ascuas ardientes. Jack las atrapó con un nabo hueco para así tener una luz para el camino. Condenado así, a vagar con la linterna de un nabo, nació la costumbre de tallar los jack-o’-lantern (linterna de Jack). Pero como el nabo era difícil de tallar, se convirtió en calabaza.
Bueno, lo celebres como lo celebres, estas costumbres de venerar a los difuntos siempre han existido y han venido para quedarse entre los vivos. Así que… ¿Truco o trato?
Halloween o Día de Muertos, quizás estas constumbres te suenan lejanas porque en tu infancia no se celebraban, o por ser algo impuesto por el consumismo. Pero está claro, han llegado para quedarse.