Quien más asiduamente escribe de libros en Soy50plus es Santiago Quiroga. Pero esta vez vamos a escribir nosotros del suyo. Porque nuestro fiel colaborador acaba de publicar su tercera obra. Después de ‘Paraíso’ y ‘Memoria y la ciudad sin mar’, ahora nos llega ‘Los niños’.
Se trata de un libro que se compone de tres relatos más largos que un cuento y más cortos que una novela. El centro de los tres es la infancia. Pero, como nos dice su autor, “no una infancia idílica. De hecho –añade– siempre he pensado que la felicidad de la infancia está muy relacionada con la inconsciencia, esa ignorancia que se convierte en egoísmo estando en la mayoría de los casos incapacitados para reconocer las consecuencias de sus comportamientos”.
Para Quiroga, la infancia es la edad de los misterios, cuando la información es confusa y se compone de retazos de palabras, de silencios y de interpretaciones lineales ante complejas realidades adultas.
Quizás por todo ello, muchas veces la infancia, tanto en literatura como en el cine, ha estado vinculada al mal. Pero, dice Santiago, “¿qué es el mal ante una conciencia no desarrollada?”
Los tres relatos que componen ‘Los niños’ son: ‘El niño que vivía rodeado de preguntas’, que nos habla del desconcierto ante la injusticia; ‘El niño que envenenó a toda la ciudad’, en el que salen a escena las dudas sobre los conceptos de debilidad y fortaleza; y ‘El niño que siempre tuvo miedo’, en el que se revisa la oscuridad de muchas herencias.
Concluye Santiago que “escribir relatos me parece, en mi caso, más riguroso, dado que permite centrarse en lo esencial, un modelo que ya utilicé en mi anterior libro, ‘Memoria y la ciudad sin mar’, con textos que, en ese caso, combinaban la ficción y los recuerdos”.
Y a nosotros nos parece que puede ser un magnífico regalo para estas Navidades.
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“Nunca entendemos que los niños están en su propio mundo, con sus propios códigos, un lugar en sí mismo y no sólo un camino hacia donde ya estamos nosotros. Seguiremos pensando que son frágiles, cuando en muchas ocasiones, los frágiles somos nosotros en sus manos”.