
En 1975, el grupo británico Queen lanzó su cuarto álbum, Una noche en la ópera. Fue el que les convirtió en superestrellas y, unido a sus trabajos posteriores, en una banda que ya es parte fundamental de la historia de la música pop y rock. Parece que el título se les ocurrió mientras veían la película de los hermanos Marx durante un receso en las sesiones de grabación. Pero es que no pudo estar mejor buscado y a nadie nos parece casualidad que el disco se titule así.
Porque, entre otras, en ese álbum está Bohemian Rhapsody, la canción que en ese momento le pareció rarísima a todo el mundo y que hoy es venerada como uno de los clásicos del rock sinfónico y progresivo. Y, desde luego, la más popular de Queen.
El tema fue grabado en agosto de ese año. Su autor, naturalmente, fue Farrokh Bulsara. ¿Que no les suena de nada ese nombre? Sí, el chico nacido en la isla de Zanzíbar, hijo de indios parsis (de origen persa) que cuando llegó a Londres y empezó a demostrar sus aptitudes musicales y vocales y a hacerse sitio en la escena musical, decidió llamarse Freddie Mercury.
Se ha hablado mucho, muchísimo, sobre lo que Freddie quiso expresar en esa canción, cuya letra es sin duda particular. Todos, incluidos sus compañeros de banda, tenían claro que algo llevaba dentro, pero él nunca lo quiso explicar y lo que dijo es que cada uno la escuchara, la disfrutara y se hiciera su propia idea. Que es lo mejor que podemos hacer.
El caso, y ya se lo pueden imaginar, es que no fue fácil grabar una canción así. Son seis tiempos que incluyen un preludio de coros y piano, una balada, un solo de guitarra, un coro operístico, rock sin contemplaciones y un epílogo o coda, según la tradición italiana. Según se cuenta, tardaron tres semanas en grabarla y estuvieron ensayando las armonías vocales entre 10 y 12 horas diarias. No sólo canta Freddy, aunque se lleve la mayor y mejor parte. También lo hacen el guitarrista, Brian May, y el batería, Roger Taylor. El bajista, John Deacon, dijo que no podía con eso.
Tampoco iba a ser fácil convencer a la industria. Algunos que la habían escuchado previamente, como Elton John, dijeron que estaban muy locos. Que la eligieran como primer single del álbum era además una decisión muy arriesgada, teniendo en cuenta que es un tema de seis minutos. Al principio, los DJs de las emisoras británicas la ponían a fragmentos. Entonces, los oyentes empezaron a pedir que la emitiesen entera. Y ya no la paró nadie. Estuvo nueve semanas en el número uno de la principal lista británica. Triunfó también en otros países de Europa, aunque no en Estados Unidos, donde no terminaron de creérsela.
Bohemian Rhapsody fue reeditada tras la muerte de Freddie Mercury y volvió a copar las listas, ahora sí, en todo el mundo. Sin embargo, su sitio siempre ha estado dentro de esa maravilla de disco redondo que es Una noche en la Ópera, acompañada de otros temazos como You’re my best friend, Love of my life o la también operística The Prophet’s song. Lo escuchas hoy y mantiene toda su energía y vigencia.
Y ‘sólo’ hace 50 años
AQUÍ puedes leer más sobre cómo hicieron Bohemian Rhapsody.
Y claro, AQUÍ puedes disfrutarla en el vídeo oficial.
Este año se cumplen 50 de la publicación de Bohemian Rhapsody, la canción con la que Queen arriesgaron, pero dieron por romper los moldes de la industria musical del momento. Hoy, medio siglo después es un clásico, un imprescindible de la música que hemos vivido.